Éxito en rehabilitación dental: paciente se recupera sin complicaciones tras un innovador tratamiento implanto-soportado
Una paciente llegó a nuestra clínica con un mal pronóstico general tras un tratamiento que le realizaron hace quince años. En dicho tratamiento le habían tallado los dientes para hacer unos puentes en las ramas mandibulares posteriores que al poco tiempo fracasaron y le pusieron un esquelético. Por culpa de la falta de soporte en la mandíbula, su rostro ha cambiado, haciendo que la parte inferior de su cara se vea más pequeña. La falta de algunos dientes ha causado que otros se desplacen y también tiene otros problemas dentales como caries, dientes impactados y otros tratamientos fallidos.
La pérdida de hueso en la mandíbula ha sido originada, especialmente, por el uso de una prótesis removible durante mucho tiempo. Esto nos da una visión general de la situación dental de la paciente, que tiene un pronóstico general malo.
¿Cómo ha de ser el tratamiento?
Lo principal es estabilizar la mandíbula, colocando prótesis fijas en los dientes de atrás, proponiendo una solución llamada IPS ProProthestic, fácil de aplicar y con pocos riesgos.
El tratamiento incluye crear una estructura de titanio que soporte las prótesis. Un ingeniero se ha encargado del diseño y de revisar cómo se distribuye la fuerza al masticar. Esto garantiza que la prótesis funcione de forma y correcta y duradera.
Dos posibles procedimientos quirúrgicos
Para la cirugía se puede llevar a cabo de dos maneras. La primera se trata de hacer la incisión en la encía por arriba, hablamos de la crestal, y por el lado, la vestibular.
Los expertos prefieren siempre la incisión crestal debido a que es más sencilla para el profesional y más segura para el paciente. Una diferencia con la vestibular es que la segunda puede cubrir mejor el implante, es más delicado de manejar y podrían causar más problemas al intentar ajustarla.
Para evitar tensiones, se afloja el tejido que recubre el hueso (periostio) durante la cirugía para ayudar a tapar la placa para sostener los implantes. Dependiendo de la calidad del hueso se utilizan tornillos especiales que pueden ser auto-roscantes o necesitar un agujero previo. Lo más importante del procedimiento es que la placa que sostiene los implantes esté correctamente apoyada en el hueso, sin que existan espacios vacíos, para evitar problemas futuros.
Para terminar la cirugía, se cierra la incisión con suturas que se disolverán solas. Si no surgen complicaciones, el paciente puede salir del quirófano con la prótesis ya colocada.
Resultados insuperables
El postoperatorio fue muy favorable. La paciente presentó una leve inflamación y una ligera pérdida de sensibilidad en el labio debido a la hinchazón, pero al cabo de un par de semanas mejoró completamente. La satisfacción que expresó la paciente sobre el procedimiento y durante los cuatro meses posteriores sin incidentes significativos, ha sido notable.
Una vez terminada esta primera fase de tratamiento, es fundamental que la paciente continúe con un programa de higiene dental específico para el mantenimiento de la prótesis, lo que no difiere de los cuidados habituales para cualquier rehabilitación dental.
Es importante mencionar que los pilares utilizados en este tratamiento son altamente pulidos y cilíndricos, aspecto que ayuda a reducir la acumulación de placa y la irritación de la mucosa. Además de esto, se presenta un menor riesgo de periimplantitis, al no ser implantes endoóseos convencionales, y contribuye a una mejor salud bucal a largo plazo.
Este caso de éxito del doctor Julio Tojo ha sido publicado en la newsletter de Osteoplac.
Si quieres conocer más sobre las prótesis implantadas, te lo explicamos en nuestro blog: